Esta foto tiene una historia curiosa: Caminando en busca da
la foto que vi desde la autovía y me
obligo a parar en la próxima salida. Me encontré a un hombrecillo que recogía
frutos silvestres nada mas salir de uno de los túneles que cruzaban la
carretera por debajo. Sus ojos grises y azulados, su sonrisa de oreja a oreja y
su chándal de colegial hicieron que mi curiosidad pudiera más que mi vergüenza y
le preguntara por donde se podía ir al río. Por arriba tendrías que rodear
mucho y por abajo lo veras al pasar la carretera, me dijo. Sin perder esa
sonrisa de su cara y como si me conociera de toda la vida. Terminando la sesión
de fotos me encontré con una sonrisa reflejada en el arco del puente viejo
lleno hasta casi taparlo y una gran casualidad: Ese hombre viejillo pasaba por
encima del puente de camino al pueblo y ese reflejo coincidía con el. Una gran
sonrisa de un puente viejo que enmarca una pequeña en un viejo.
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